"Así que chicos, ustedes resuelvan mismo el problema. Ustedes son 400 los otros 50. Díganle a esos majaderos que aprendan a ser democráticos y aprendan a debatir con ideas”.
¿Son esas palabras inflamatorias dignas de un PRESIDENTE DE LA REPUBLICA? ¿Son palabras que deberían venir de la boca de un PADRE DE FAMILIA? ¿Son esas palabras dignas de un ADULTO de 45 años con ESTUDIOS SUPERIORES y supuestamente INTELIGENTE a un grupo agitado de jóvenes? Obviamente la respuesta a todas las preguntas anteriores es NO. El Sr. Correa no debería subestimar su suerte. Suerte de que no haya habido ninguna víctima fatal en ese enfrentamiento que él provocó. Así es, un enfrentamiento que pudo haber sido evitado, pero que sin embargo él inició con su discurso adolescente y por demás belicoso. Este comportamiento no es nada nuevo para el Sr. Correa, el cual no hace mucho, instó a las personas (en plena misa de ser necesario) a insultar a los sacerdotes que se inclinen por el "No".
Si algo nos ha quedado claro después del show del que fue protagonista el Sr. Correa, es que la seguridad y el bienestar de los ciudadanos no entran en la lista de prioridades de la Presidencia de la República. A decir verdad, eso es obvio desde hace mucho tiempo atrás, pero cabe recordarlo ya que los ecuatorianos a la hora de votar sufrimos de amnesia y de paso poseemos una terrible memoria selectiva. Un verdadero humanista (o cualquier ser humano con un ápice de conciencia y sentido común) no podría dormir por las noches sabiendo que pudo haber sido el causante de enlutar uno o varios hogares ecuatorianos este sábado 16 de agosto.
Un consejo que le daría al Sr. Correa, es que o tome una gran cucharada de jarabe de Realidad o que despida a su séquito de adoradores. ¿Es acaso tan iluso el Sr. Presidente que creyó que iba a ser bienvenido de brazos abiertos en el instituto educativo que representa todo lo que su revolución socialista aborrece, pero que irónicamente le otorgó el título que ostenta? ¿Son tan cobardes sus seguidores que tienen miedo de decirle que muchos guayaquileños no lo pueden ver ni en pintura no por culpa de Nebot sino por méritos propios? ¿O es que ya despidió a los pocos que se atrevían a decírselo? ¿Será que el Sr. Correa ha repetido tantas veces la falacia de que todo aquel que no le rinde pleitesía es o un Isaías o un miembro de la vieja partidocracia que él ya ha comenzado a creérselo? Parece Sr. Presidente que ya es hora de hacer examen de conciencia y de analizar los argumentos de sus opositores ya que éstos pueden llegarse a convertir en los mejores aliados de un verdadero líder democrático. El emperador lleva un año desnudo y nadie se lo ha dicho (o más bien él se niega a aceptarlo) lo cual en medio del San Juanito, los cigarros costosos y el agua ardiente de campaña electoral no incomoda, pero cuando la fiesta termina y el trago se acaba, la hipotermia y la vergüenza son inminentes.
Felicitaciones a esos jóvenes que no se dejaron amedrentar por el tirano, en especial a Pedro Buitrón, por expresar sus opiniones con altura y por sobre todas las cosas con mucha valentía.
Si algo nos ha quedado claro después del show del que fue protagonista el Sr. Correa, es que la seguridad y el bienestar de los ciudadanos no entran en la lista de prioridades de la Presidencia de la República. A decir verdad, eso es obvio desde hace mucho tiempo atrás, pero cabe recordarlo ya que los ecuatorianos a la hora de votar sufrimos de amnesia y de paso poseemos una terrible memoria selectiva. Un verdadero humanista (o cualquier ser humano con un ápice de conciencia y sentido común) no podría dormir por las noches sabiendo que pudo haber sido el causante de enlutar uno o varios hogares ecuatorianos este sábado 16 de agosto.
Un consejo que le daría al Sr. Correa, es que o tome una gran cucharada de jarabe de Realidad o que despida a su séquito de adoradores. ¿Es acaso tan iluso el Sr. Presidente que creyó que iba a ser bienvenido de brazos abiertos en el instituto educativo que representa todo lo que su revolución socialista aborrece, pero que irónicamente le otorgó el título que ostenta? ¿Son tan cobardes sus seguidores que tienen miedo de decirle que muchos guayaquileños no lo pueden ver ni en pintura no por culpa de Nebot sino por méritos propios? ¿O es que ya despidió a los pocos que se atrevían a decírselo? ¿Será que el Sr. Correa ha repetido tantas veces la falacia de que todo aquel que no le rinde pleitesía es o un Isaías o un miembro de la vieja partidocracia que él ya ha comenzado a creérselo? Parece Sr. Presidente que ya es hora de hacer examen de conciencia y de analizar los argumentos de sus opositores ya que éstos pueden llegarse a convertir en los mejores aliados de un verdadero líder democrático. El emperador lleva un año desnudo y nadie se lo ha dicho (o más bien él se niega a aceptarlo) lo cual en medio del San Juanito, los cigarros costosos y el agua ardiente de campaña electoral no incomoda, pero cuando la fiesta termina y el trago se acaba, la hipotermia y la vergüenza son inminentes.
Felicitaciones a esos jóvenes que no se dejaron amedrentar por el tirano, en especial a Pedro Buitrón, por expresar sus opiniones con altura y por sobre todas las cosas con mucha valentía.